Como ya hemos comentando en CN Laboral y en entradas anteriores, la gestión de Recursos Humanos (RRHH) se establece como un medio beneficioso y estratégico que, junto a otras áreas de la empresa, sirve para afrontar, con garantías, los retos que suponen la competitividad creciente que exige el mercado. Todos y cada uno de los miembros de la organización debe confluir con los valores, la misión y la visión compartida del proyecto empresarial.
Previamente habrá que hacer un análisis y una descripción de cada uno de los puestos de trabajo que integran la plantilla de la empresa, esto es, establecer sus cometidos.
Es fundamental conocer las características de la plantilla, en cuanto a número y tipo de personas, a la hora de realizar una correcta planificación de los Recursos Humanos en la organización. Así, será necesario elaborar:
El siguiente paso sería una Valoración de los puestos de trabajo, que nos permite determinar la importancia y la contribución de cada uno de los puestos, que conforman la organización, a la consecución de los objetivos generales a fin de establecer el valor relativo de cada puesto para implantar la política salarial más adecuada.
Y el último paso sería establecer la Política Retributiva. El establecimiento de un sistema de remuneración de personal dentro de la organización nos permite evaluar el rendimiento de la plantilla teniendo siempre en cuenta la información que hemos obtenido a través del análisis de puestos de trabajo y la relativa a la evaluación del desempeño.
En definitiva, una buena gestión de los Recursos Humanos por parte de las empresas contribuye a crear un compromiso en las personas que forman parte de la empresa, a establecer las condiciones idóneas para liberar el talento y transformarlo en talento comprometido con la empresa y a proporcionar una buena reputación con el fin de lograr que sea una organización deseable para trabajar.